domingo, 14 de abril de 2013


            •   ESTOY ORGULLOSA DE SER  VIRGEN           


Me alegro de haber encontrado este foro. Me parece fantástico que un consejero cristiano se preocupe de la gente que necesita orientación. Pues le diré que soy una señorita llegando a los treinta. Ahora mismo estoy radicada en Bélgica, pero soy originaria del pequeño país de El Salvador. Decidí escribirle porque hace unos minutos terminé de escuchar uno de sus programas con el cual me identifique mucho.
Mi trasfondo: Yo nací en el ceno de una familia cristiana y como tal he crecido sirviendo en el evangelio, y gracias a Dios me he guardado pura sexualmente para El. Aquí en Europa asisto a una iglesia; soy una persona activa de buen testimonio.
Bien, aquí le cuento mi situación de la cual requiero su consejo. Hace algunos meses, conocí a un chico, comencé de tratarlo como un amigo. En el fondo yo sabía cuales eran sus intenciones; luego de unas semanas él comenzó a acompañarme a la iglesia. El tiempo ha ido pasando y sin darme cuenta me he enamorado de él. Un día estábamos en casa y él comenzó a seducirme; cuando yo reaccioné y le dije que no continuáramos el me dijo que “le diera la prueba de amor”. Yo enfáticamente le dije que no. El me preguntó porque, y yo le dije que he decidido que eso del sexo lo he reservado para el día que me case. El insistió y me preguntó si todavía yo era virgen y le respondí que si. En ese momento el me dijo que estaba orgulloso, pero después de eso me propuso que para darle placer no era necesario que yo perdiera la virginidad y que hay otras formas como hacerlo. Yo le respondí que no, y dije que Dios lo ha reservado el sexo para los casados, y que cualquier forma que hagamos sexo, antes de casarnos sería pecado delante de mi Dios. Después de eso el comenzó a decirme muchas cosas contrarias, y salio de la casa enojado.
La verdad, Pastor, después de esa noche yo me sentí mal; me sentí sucia, aunque las cosas no pasaron a mas pero pienso que estuve a punto de cometer un gran error. 
El siguiente domingo en nuestra iglesia celebramos la Santa Cena y yo no quise participar; ya me sentí indigna. La verdad es que desde ese día mi mente no ha tenido paz; ya le pedí perdón a Dios pero no me siento bien. Ahora este joven me está enviando mensajes en lo cuales me dice que soy una ignorante, una chica fuera de moda etc. Lo que más me duele es que yo siento que lo amo y no lo puedo ver; ya que él no viene a la iglesia. 
He aquí mi dilema: Algunas de mis amigas me dicen que no me conviene continuar con él; otras me dicen: “aquí estamos en Europa”… Pero Ernesto, para mi Dios es el mismo en El Salvador que aquí en Europa. Me pregunto: ¿porqué tiene que ser así? Lo único que yo quiero es hacer las cosas bien. Dígame que debo hacer?

Respuesta: 
Apreciada amiga,
Muchas gracias por contarme tu situación con la claridad que lo has hecho. Comenzaré felicitándote por tus valores y convicciones de fe. También tu deberías de sentirte orgullosa (en el buen sentido) por lo que has hecho. Dios recompensará tu fidelidad en esta área que muchos han descuidado y por eso ahora viven atrapados/as en sus traumas emocionales
En nuestro paso por este mundo vamos a pasar por muchas tentaciones como la que tú experimentaste. Me alegro escuchar mujeres que se mantienen firmes en lo que enseña la Palabra de Dios en 1 Tesalonisenses 4: 3 - 5 “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honorsa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos que no conocen a Dios.” Hay que esforzarnos por mantenerse puro/a en todas la áreas de nuestra vida particularmente mantener la pureza de nuestro cuerpo hasta la noche de bodas. 
Tienes toda la razón cuando me dices: “para mi Dios es el mismo en El Salvador que aquí en Europa.” Dios es el mismo en El Salvador, en Bélgica, en La China y en cualquier parte del mundo; sus mandatos y estándares no se rebajan con el paso de las modas o por en avance de las sociedades. Los principios de vida de Dios son validos en toda época, tiempo y cultura. 
Estoy convencido por experiencia propia que cuando confiamos en El, El nos da la fuerza para honrarle y serle fiel, especialmente en el área sexual.
Por lo que me comentas de tu novio, aun sin conocer el otro lado de la moneda, puedo ver que este joven empezó a ir a la iglesia no para buscar salvación de su alma, sino por complacerte a ti y buscar la oportunidad de enamorarte. 
Por un lado debes de estar agradecida con Dios que este joven te demostró sus verdaderas intenciones. Por lo que describes en tu nota él no quiere hacerse responsable de ti, ni mucho menos caminar en los mismos principios de fe que tú tienes. Demostró que él quiere tu cuerpo, y cuando lo logre se alejará. Ya lo he visto en muchos otros casos. Dios nos manda a no unirnos en yugo desigual, por el contrario espera de nosotros pureza en el área sexual. “No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? (2 Corintios 6:14) “... Pero el cuerpo no es para la inmoralidad sexual sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.” ( 2 Corintios 6:13b)

Me preguntas "¿Qué debo hacer?" Lamentablemente yo no puedo decirle a nadie lo que debe hacer, pero puedo sugerir. Mi sugerencia para ti sería que entierres esta relación. Sé que tal vez te enamoraste de este chico, pero para ti lo más importante es Dios y si este joven insiste en que “le des la prueba” definitivamente no es el hombre que Dios tiene para ti. Se paciente, no pierdas lo que has conquistado todos estos años. 
Todo esto te sonará duro hoy, pero si te mantengas firme en tus convicciones esto será medicina a tu alma. Siga confiando en Aquel que se entregó en la cruz por ti. El te enviará al hombre que te amará y honrará. 



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